—No hay motivo para representar una tragedia, cara. Eso no cambiará nada.
—¿De qué estás hablando? —preguntó Miley, desconcertada.
—Llevas de un pésimo humor desde que te has enterado de que te voy a dejar sola durante la próxima semana, pero tendrás que acostumbrarte a la idea de que tendrás que arreglártelas sin mí cuando yo esté de viaje de negocios.
—¿De verdad?
—Sí. Al principio será un desafío para ti, porque todavía no tienes amigos, pero te aseguro que el año que viene por estas fechas ya no dependerás de mi compañía —le aseguró Nick, mientras se acercaba a ella y tomaba las manos de su esposa entre las suyas—. Aprenderás a dirigir tu propia vida mientras yo esté en el extranjero. Mi madre te ayudará. Ella conoce a muchas personas y tú puedes implicarte en obras benéficas a través de la fundación o en cualquier otra cosa que te interese.
—¿Es eso lo que habría hecho Selena? —le espetó ella secamente, antes de soltarse de él.
—Lo que ella hubiera hecho no creo que sea un asunto que nos concierna —replicó Nick, mirándola fijamente.
—¿Me vas a explicar por qué me tuve que enterar por una maldita revista que tu ex novia es la famosa modelo Selena Kent?
—No entiendo la importancia de la relevancia del perfil público de Selena.
—¡Y un cuerno! Sabías que yo no sabía nada. ¿No podrías por lo menos haberme hablado de ella?
—Sabía que te sentirías algo intimidada. Sabía que no podrías evitar realizar estúpidas comparaciones, así que no, por eso no tenía ninguna prisa en contarte los hechos —respondió Nick , con sinceridad
—Sí, habría sido una estupidez compararme con ella, ¿no te parece?
—¡Santo Cielo! ¡No es eso a lo que me refería! Solo quería decir que estarías mejor preparada para afrontar toda esa historia cuando hubiéramos llevado un tiempo casados.
—¡Qué bien me conoces! ¿Crees que eres capaz de predecir cómo voy a reaccionar a todo?
—Pues parece que, en ese detalle en particular, he sido bastante exacto.
—Sin embargo, el perfil público de una antigua prometida solo es la punta del iceberg, ¿verdad? Como cuando estabas planeando decirme el poco tiempo que había pasado entre tu ruptura con ella y el inicio de nuestra relación.
—Créeme, bella mía —dijo Nick.
—No pasaron siquiera dos semanas, ¿verdad? A juzgar por la fecha de aquella revista, no podían haber pasado más de dos semanas desde que rompiste con ella. Si no, ¿por qué me iba a haber advertido Ezio de que no eras tú mismo cuando te conocí?
—Dime: ¿tienes la costumbre de hablar sobre mí con mis empleados? —comentó Nick, furioso.
—Bueno, puedes estar seguro de que a partir de ahora, pienso convertirlo en costumbre. Me parece que tengo más posibilidades de conocer respuestas sinceras si les pregunto a otras personas en vez de a ti —replicó Miley—. Todavía me acuerdo de lo que me dijiste cuando me pediste que me casara contigo. Me dijiste que habías estado comprometido hasta muy poco tiempo antes, lo que en este caso parece indicar un periodo de menos de un mes.
—Déjalo. Voy a darme una ducha antes de que esta ridícula discusión se enzarce más.
Miley vio cómo se quitaba el resto de la ropa y se dirigía al cuarto de baño, vestido solo con su bóxer.
—Podría preguntarle a Ezio —lo amenazó ella, entre dientes, aunque sabía que, dado que estaban casados, aquello no era algo que debiera investigar a espaldas de Nick.
—Corté mi relación con Selena solo una hora antes de que cayeras delante de mi limusina.
Miley parpadeó. Le parecía imposible entender lo que él le acababa de decir, y, sin embargo, no estaba en ninguna lengua extranjera. La realidad que Nick acababa de revelarle con aquellas palabras era mucho peor de lo que se había imaginado.
En aquel momento. Nick se dio la vuelta y lanzó maldiciones en su lengua materna. Cuando tardó de acercarse a ella, Miley se alejó instintivamente.
—No veo que el tiempo exacto sea de una importancia vital en este caso.
De repente, Miley empezó a reír de un modo histérico y se sentó en la cama, por miedo a caerse. Una hora. Solo había pasado una hora desde que había dejado a Selena y la había conocido a ella. Cuarenta y ocho horas después, se había acostado con Miley. ¿Acaso esperaba que ella aceptara que aquel tiempo tan reducido no tenía nada de relevante?
—Es imposible que supieras lo que estabas haciendo...
Una hora. Sin embargo, no parecía el tipo de hombre que se dejara llevar por aventuras de una noche. Había hombres así, pero Nick no era uno de ellos. Nick tenía conciencia.
Lo peor de todo era que resultaría imposible hacerlo hablar de sus sentimientos. Preferiría la tortura sobre una parrilla antes de admitir que, después de romper con su novia, se había sentido trastornado y afectado.
—Yo siempre sé perfectamente lo que hago —afirmó Nick, como si aquello fuera una máxima por la que se hubiera dejado guiar toda su vida. Sin embargo, Miley no se sentía nada convencida.
—¿Qué fue lo que hiciste? —le preguntó, con voz temblorosa—. ¿Decidiste ir a darte una vuelta por ahí y casarte con la primera mujer que encontraras?
—Aunque no te lo creas, ese pensamiento me pasó por la cabeza —afirmó él, con toda sinceridad. En aquel momento, Miley dejó de respirar y se volvió para mirarlo, completamente horrorizada—. Te aseguro que enseguida lo aparté de mi mente. ¡Te aseguro que no soy ningún lunático!
—Pero ha sido exactamente lo que has hecho. Te casaste con la primera mujer que conociste... ¡Dios Santo! ¡Yo podría haber sido cualquier mujer!
—¡No seas ridícula! ¿Acaso crees que yo me hubiera casado con cualquiera? —replicó él, visiblemente molesto con aquella sugerencia.
—Tal vez habría sido capaz, de hacerlo si hubieras estado lo suficientemente enojado. Dime una cosa: ¿te dejó Selena?
—Per amor de Dio... ¡Podría volver a conseguirla ahora mismo si quisiera con solo chascar los dedos, pero eso no significa que quiera hacerlo!
—Me gustaría que me dijeras ahora por qué rompiste con ella—afirmó Miley tras un profundo silencio.
—Queríamos cosas diferentes.
—¿Qué clase de cosas diferentes?
—Creo que eso es asunto mío y de ella.
Miley palideció como si Nick la hubiera abofeteado. Entonces, se levantó y se dispuso a salir de la habitación. Sin embargo, Nick se lo impidió.
—Esto es una locura —dijo, tras inmovilizarla contra la puerta.
—¡Apártate de mi camino!
—No — replicó Nick, tomándola en vez de eso entre sus brazos—. No dejaré que Selena se convierta en un problema entre nosotros.
—Tú eres el que lo está consiguiendo —susurró ella, apunto de echarse a llorar.
Los largos dedos de Nick le acariciaron suavemente las mejillas. Se sentía rígida y se negaba a ceder terreno. Entonces, él bajó la cabeza y la sorprendió. Le separó los labios con los suyos y le acarició suavemente el interior de la boca con la lengua. Enojada, triste y confundida, ella le negó el placer por primera vez.
Miley temblaba entre sus brazos, pero levantó la mano para apartarlo de ella. El estado en que se encontraba la hacía ser demasiado vulnerable. Sin embargo, el deseo se iba abriendo
en cierta parte de ella. Poco a poco, empezó a devolverle los besos.
Nick la tomó entre sus brazos y la depositó sobre la cama. Tras tumbarse encima de ella, le fue levantando poco a poco la falda, para luego bajarle braguitas y medias. No dejó de besarla ni durante un momento. Sentía que el corazón de Miley latía a toda velocidad y que cada fibra de su ser estaba ardiendo.
Para cuando se deslizó entre los muslos de Miley, ella ya había perdido el control y estaba mucho más allá de lo que había llegado en otras ocasiones. Por fin, la excitación del clímax la lanzó a las alturas y luego la tiró mucho más abajo que de costumbre.
—Ahora puedes venir conmigo a disfrutar de esa ducha —susurró él, mientras se inclinaba sobre ella una vez más para besarla.
Sin embargo, Miley se sentía enferma por su propia debilidad y muy molesta por aquella manipulación, por lo que le jugó una mala pasada al dejarse rodar hacia un lado para no tener que besarlo
—¿Crees que así vamos a resolver algo? —le espetó, mientras se bajaba la falda.
—No hay nada que resolver, bella mía.
En aquel momento, la furia desapareció del estado de ánimo de Miley y se vio reemplazada por un profundo sentimiento de tristeza. Solo había pasado una hora entre el momento en que dejó a Selena y el momento en que se encontró con ella. Por supuesto que lo había hecho por despecho. ¿Cómo podría, dadas las circunstancias, tener su matrimonio una oportunidad para sobrevivir? Tarde o temprano, Nick se despertaría de aquel sueño y se sentiría atrapado por ella. Se arrepentiría de haber sido tan impulsivo. ¿Por qué iba a quedarse con él cuando en realidad no la amaba? ¿Por qué iba a conformarse con ella cuando podía tener a Selena Kent o a alguien similar como esposa? A rey muerto, rey puesto. Sin embargo, la vida no era tan sencilla. Tarde o temprano, Nick se arrepentiría de haberse casado con ella.
Mientras Nick cerraba de un portazo el cuarto de baño, Miley se sintió derrotada. ¿Por qué no quería hablar de Selena ? ¿Era por lealtad o porque seguía sintiendo algo por ella? Una relación que había durado dos años no se olvidaba tan fácilmente. Sin embargo, no pudo evitar pensar si estaría construyendo un castillo con un granito de arena. ¿Después de todo, qué había cambiado entre ellos?
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Un año juntas.-*
me encantoooo♥
ResponderEliminarAhh me enqanto
ResponderEliminarAiii Miley xqe te qomparaz tanto
Waooo Nick no lo podria dezir qon maz taqto!!
u.u
= me enqanto hahahhaha
Zigo...