Cuando fue a la habitación de su hijo, este estaba durmiendo. Estaba charlando con Sarah cuando el teléfono empezó a sonar. Era Ezio, para informarla de que la esperaba una visita. Un tal señor Justin Danby.
Miley palideció. ¿Justin? ¿Que Justin había ido a verla? ¿Cómo había sabido dónde se encontraba?
Efectivamente, Justin estaba en el salón. Alto y tostado, estaba más elegantemente vestido de lo que nunca lo había visto, aunque se había dejado crecer una perilla
—¡Vaya! ¡Si estás estupenda! —exclamó, estudiando la elegante tala y el jersey de cachemir que ella llevaba puestos—. ¿Y por qué no ibas a estarlo? Supongo que ahora tienes una buena serie de tarjetas de crédito...
—¿Cómo has descubierto dónde vivo? —la interrumpió Miley.
—Después de ver las fotos de tu boda, no tuve que contratar a un detective. Te has establecido muy bien, ¿verdad? —dijo Justin mirando a su alrededor—. Bueno, me alegro de que te haya ido tan bien.
—¿Qué estás haciendo aquí?
—Evidentemente, quiero ver a mi hijo —la informó Justin.
—¿Y por qué quieres hacer eso de repente?
—Un niño debería conocer a su padre.
—Tú me dijiste que lamentaría haber nacido si le decía a alguien que Timothy era hijo tuyo. Cuando más te necesitábamos, ¿dónde estabas? No quisiste ni...
—Tú me dijiste que lamentaría haber nacido si le decía a alguien que Timothy era hijo tuyo. Cuando más te necesitábamos, ¿dónde estabas? No quisiste ni...
—Aquel día la situación estaba un poco tensa.
—¿Tensa? Timothy y yo acabamos en la calle, sin tener un sitio en el que refugiarnos. ¡A ti no te importó nada! Si quieres ver al niño que tienes la caradura de llamar «tu hijo», ¿cuándo estás pensando pasarle dinero para su manutención? ¿Crees que puedes venir aquí y...?
En aquel momento, Miley sintió que un fuerte brazo la rodeaba. Aquel gesto la sorprendió, dado que no había escuchado que se abriera la puerta.
—Tranquila, cara —susurró Nick—. Yo me ocuparé de esto.
—Me temo que Miley y yo no nos separamos siendo muy buenos amigos —dijo Justin, con una sonrisa poco sincera, mientras le extendía la mano a Nick—. Me llamo Justin. Soy el padre de Timothy.
—Nick Lombardi.
Miley se quedó atónita de que Nick estrechara la mano a aquel hombre. Le pareció una traición, dado que ella ni siquiera podía soportar tener a Justin dentro de la casa. Solo le traía malos recuerdos.
—He visto a un abogado, para ver en qué posición me encuentro —se apresuró Justin a explicar—. Voy a pedir poder hacerle visitas a mi hijo e incluso voy a solicitar la custodia conjunta.
—Por supuesto. Tienes derecho a ello —dijo Nick, mientras Miley sentía que el alma se le caía a los pies.
—Pero Nick
—Sin embargo —prosiguió su esposo—, esas visitas tendrán que estar supervisadas.
—¿Supervisadas? ¿Por qué? —preguntó Justin.
—Porque maltrataste a Miley.
—¡Aquello fue un accidente! —protestó Justin.
—Mis abogados ya tienen una declaración de la mujer con la que tú vivías por aquel entonces —le dijo Nick, con una completa frialdad—. Está lista para testificar que vio que no sólo la atacaste sino que también la amenazaste con mayor violencia si mencionaba en el futuro que tú eras el padre.
Aquella vez, fue a su marido a quien Miley miró atónita.
Aquella vez, fue a su marido a quien Miley miró atónita.
—¿Que tienes una declaración de Liza? —preguntó Justin, incrédulo.
—Por supuesto, eso no impide que puedas solicitar que te dejen visitar a Timothy y todo lo que quieras, pero creo que es justo decirte que espero adoptar al niño y que haré todo lo que esté en mi mano para conseguir su custodia.
—¡Yo me alegro de que vayas a adoptar al niño! Yo solo había venido para tener una conversación amigable con vosotros —dijo Justin, furioso por la frustración que sentía en aquellos momentos.
—¡Yo me alegro de que vayas a adoptar al niño! Yo solo había venido para tener una conversación amigable con vosotros —dijo Justin, furioso por la frustración que sentía en aquellos momentos.
—De acuerdo, pero todo lo que se organice con respecto al niño habrá de realizarse a través de la vía judicial —concluyó Nick.
—¡Ya he tenido bastante! —exclamó Justin, antes de salir corriendo por la puerta.
—Eres el padre de Timothy todavía, así que si quieres conocer a tu hijo yo no te lo impediré —dijo Nick, con un suave tono de voz.
—¡Olvídalo! —gritó Justin desde el vestíbulo—. ¡Por mí te puedes quedar con ese mocoso!
—¿Por qué le repetías constantemente que podía ver a Timothy?
—No permitiré que ese tipo utilice a tu hijo para amenazarte o como moneda de cambio en un intento de enriquecerse por nuestra nueva situación, pero tenía que asegurarme que no tenía ningún interés en el pequeño.
—¿Por qué le repetías constantemente que podía ver a Timothy?
—No permitiré que ese tipo utilice a tu hijo para amenazarte o como moneda de cambio en un intento de enriquecerse por nuestra nueva situación, pero tenía que asegurarme que no tenía ningún interés en el pequeño.
—¿Lo que dijiste sobre la novia de Justin por aquel entonces era un farol?
—No. Mis abogados tienen una declaración suya. Me pareció que era necesario tener pruebas de cómo te había tratado Justin para protegeros a Timothy y a ti.
—¿Ha roto Liza con él?
—Sí. Supongo que lo sorprendió tonteando con una de sus amigas y estuvo encantada de hablar a favor tuyo. Bueno, ahora tengo que marcharme... Ya voy algo retrasado. Y tú pareces agotada. Deberías tumbarte un rato, cara.
—Gracias por ocuparte de Justin—dijo Miley.
—Me hubiera gustado hacerlo con los puños —le aseguró Nick—, pero eso podría haberse vuelto contra mí a la hora de adoptar a Timothy. Y ese tipo no merece ese riesgo.
Después de que Nick se hubiera marchado, Miley se había sentado al lado de la cuna de su hijo. Nick se había deshecho fácilmente de Justin y le estaba muy agradecida por ello, pero no podía dejar de pensar que no había tenido tanto éxito a la hora de aplacar los temores que su esposa sentía por el futuro. Estaba casada con un hombre que creía firmemente que el sexo curaba todos los males. ¿Por qué? Después de todo, Miley le había permitido que le hiciera el amor. Una mujer furiosa no lo habría permitido.
¿Por qué no se había negado? Lo que había averiguado sobre Selena la había llenado de pánico, pero estaba enamorada de Nick. Lo quería tanto...
Decidió que, cuando Nick regresara a casa, volvería a abordar el tema de un modo más tranquilo y diplomático. De un modo u otro, le iba a hablar sobre Selena, tanto si quería como si no.
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Un año Juntas.-*