domingo, 22 de mayo de 2011

"La petite amie enceinte" Cap.7 HOT

La sirvienta la llevó hasta un ascensor que había en el vestíbulo. Bajaron en él y luego atravesaron un corredor que las llevó directas al jardín. Intrigada, miley siguió a la chica por un sendero en pendiente hasta un pequeño edificio justo a la derecha de una franja de arena dorada. Era un lugar de ensueño. El interior estaba maravillosamente fresco. Era una especie de casa de invitados, pensó miley mirando el espacioso salón. Con grandes ventanas y contraventanas que la protegían del sol, cómodos sofás y suelo de mármol. No había cocina, sólo un frigorífico escondido y bien surtido.
Y dos dormitorios con baño tipo suite. Sus paquetes estaban de hecho ya en uno de ellos. miley aprobechó la oportunidad para tomar una ducha y tratar de olvidarse de todo. Sin embargo nick venia a su mente una y otra vez. Su imagen se mantenía ahí, negándose a desaparecer. De pronto recordó la forma en que se había acercado a pasos agigantados hasta ella y se echó a temblar negándose a analizar su propia respuesta. «¿Por qué quiero estar contigo justo ahora?», había preguntado él incrédulo. ¿Y por qué lo había esperado ella conteniendo el aliento?
Aquélla no era la forma en que tenía por costumbre comportarse con el sexo opuesto. De hecho nick jonas debería de haberse hundido como una piedra bajo el peso de sus prejuicios. miley siempre desconfiaba de los hombres atractivos, y era muy consciente de que los hombres ricos veían a las mujeres como trofeos. Su propio padre había sido uno de ellos. Sin embargo de pronto se veía forzada a admitir que ni siquiera sus más fuertes convicciones tenían porqué influir sobre su comportamiento. nick irradiaba magnetismo, aunque eso no excusara el hecho de que se hubiera comportado como una colegiala. En la vida real Cenicienta hubiera contemplado a su príncipe de lejos, fuera de su alcance, bailando con una princesa.

No, nick jonas no era un ser superior para ella, pero era una persona tan fría, despiadada, dura y con tan alto estatus que resultaba completamente fuera de su alcance. Se sentía atraída hacia él, eso era todo. miley se puso el camisón de tirantes y salió fuera. La sirvienta volvió a aparecer con apetito y luego se acurrucó en el sofá para caer dormida

La llegada de otra bandeja de comida fue lo que la despertó. No tenía hambre. El sol comenzaba a ponerse, no podía creer que hubiera estado durmiendo toda la tarde. No iba a poder dormir durante la noche, y era una lástima no haber aprovechado para salir a pasear y ver la playa. miley rebuscó por entre los CDs almacenados junto al equipo de música. Sonrió para sí misma y puso uno de flamenco recordando las interminables clases que su madre le había obligado a tomar. Bailar era el mejor modo de exteriorizar las emociones. Dejó que el ritmo invadiera su cuerpo y fluyera por él creando una serie de movimientos experimentales y después relajó los músculos. Entonces, justo con el ritmo más rápido, se dejó llevar por la pasión de la música. Su respiración era entrecortada y rápida, tenía los músculos tensos y la piel sudorosa. De pronto, al terminar la música, miley se detuvo. Dejó que su cabeza cayera y arqueó la espalda en una curva perfecta.

-Eso ha sido increíble... -comentó nick jonas en un murmullo lleno de énfasis, con voz ronca. miley giró sobre sus talones mientras su mirada ausente desaparecía para adquirir una expresión de desconcierto. nick estaba de pie, entre sombras, cerca de la puerta. Se había quitado la chaqueta y la corbata, pero aún parecía una estatua de bronce-. Ha sido extraordinario, con tanta pasión en cada movimiento... cada gesto cuenta una historia. Un ligero rubor subió a las mejillas de miley, que se enfadó.
-Deberías de haberme dicho que estabas aquí... ¡no tenías derecho a observarme en silencio!
-No quería interrumpirte... -contestó nick con un brillo en la mirada, que quedó fija sobre los labios rosas de ella.
miley abrió la boca. Una tensión comenzaba a apoderarse de su cuerpo y del aire.
-Ésa no es excusa... -protestó ella.
-Cristo, ¿hay algún hombre que te haya interrumpido y siga vivo? -preguntó nick jonas echando atrás la cabeza sin dejar de contemplarla. miley estaba tan tensa y tan quieta que podía sentir cada uno de los latidos de su corazón. Su mirada colisionó con la de él y sintió que la intoxicaba. Mareada y desorientada, fue incapaz de pronunciar ninguna frase con sentido como respuesta. De hecho le resultaba tan difícil seguir pensando que sencillamente se quedó mirándolo.

Pero su cuerpo sí que respondía. Sus pulmones respiraron hondo arriba y abajo, y sus pezones se tensaron prominentes. nick dejó que sus ojos vagaran hambrientos por aquel bello rostro y después, a paso lento, por la esbelta figura. La tela del camisón colgaba de los tirantes como una segunda piel, trasparentando la lujuriosa figura, moldeando sus pechos y pezones, ajustando las caderas y la línea de sus muslos. La sexualidad de aquella mirada fija cautivó a miley que, llena de excitación, se sintió incapaz de resistir.

-Verte bailar ha sido la experiencia más erótica que jamás haya vivido fuera de una alcoba -confesó nick
-. Nunca he sentido una necesidad como ésta de poseer a ninguna mujer. En este preciso instante estoy disfrutando como un loco adolescente ante la maravilla de sentir algo tan intenso.

miley se echó a temblar, atónita ante lo directo de aquella declaración, incapaz de pensar. ¿Adolescente? ¿ nick jonas un adolescente? ¿Qué clase de acercamiento era ése? miley miró involuntariamente para abajo y se quedó helada. Apenas llevaba nada, y sin embargo no había sentido ninguna necesidad de taparse nada más verlo.
De pronto, precipitadamente y con el rostro todo colorado, miley tomó lo primero que encontró en el sofá y se envolvió como si fuera una sábana. No era de extrañar que nick se acercara a ella a pasos agigantados. Los hombres apenas distinguían o pensaban nada cuando una mujer se vestía para provocar. De hecho miley estaba convencida de que la mayor parte de los hombres vivían constantemente al borde de la tentación. nick dejó escapar una risa suave, irónica. Sus fuertes rasgos ya no mostraban tensión alguna. Observaba a miley, de pie con aquellos ojos azules y el rostro ruborizado.

-Medio niña, medio mujer. ¡Qué combinación más confusa!

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