viernes, 30 de agosto de 2013

Regalo: "Nunca digas que yo solo me alejé, siempre te querré"

Denika me ayuda a subir la cremallera del vestido y yo le sonrío a través del espejo. Ella asiente y sale por la puerta cerrándola tras su espalda. Suspiro suavemente, como siempre, antes de cada presentación siento un nudo en el estomago y la adrenalina comienza a llenarme las venas, dejándome cargada de energía, lista para soltar en el escenario, pero esta vez es una energía diferente, esta vez es un nudo de pasión, de dolor acumulado, de miedo a cantar y es extraño en mi, canto desde...siempre, pero esto es distinto, demasiado distinto, porque es una canción especial, es de esas que cuesta demasiado cantar en vivo, para todo el mundo, millones y millones de espectadores que te observan detalladamente, de cien cámaras que te apuntan y captan cada movimiento, cada trozo de piel, cada gesto, cada vez que cierras los ojos, tienes a la gente más importante de la industria de la música sentada frente a ti...y tienes a la persona a la que va dedicada la canción, ahí, en la misma ceremonia.
Respira, Miley, me digo a mi misma tratando de darme ánimo, no puedo tener miedo, no puedo fallar, no puedo mostrarme débil, muy por el contrario, tengo que ser fuerte, porque quiero que el mundo me vea bien, quiero que sientan la vibración de mi voz y sepan que esta soy yo, que los puedo hacer poner rojos con mis bailes, pero también que los puedo emocionar. Quiero que sientan que estoy bien, después de todo, estoy bien.
Me paso ambas manos por el rostro y dando cortas respiraciones vuelvo a abrir mis ojos, es extraño mirarme al espejo, han pasado tres meses, tres meses desde que todo cambio, desde que mi mundo paro y cambió su rotación, transformándome nuevamente de forma completa.
 Es extraño mirarme en el espejo y ver de nuevo una melena larga, rizada y castaña, extrañaba mi pelo, este aspecto, pero me siento tan frágil con él.

¡10 minutos Miley Cyrus! Dice el alto parlante indicándome que debo salir en escena en breve. Con ambas manos separo mi pelo y lo pongo sobre mis hombros, no me gusta el vestido, de verdad que no, es romántico, tiene muchas capas, es sensual, ideal para interpretar Wrecking ball, pero no es lo que yo quiero representar, es mi canción, el escenario es mío y ya no puedo perder nada más de todo lo que ya perdí...Camino hasta mi bolso y de paso me quito los tacos, abro el cierre y saco una camiseta a rayas blanca con negro. Tiro del vestido sobre mi cabeza y me pongo la camiseta, me queda lo suficientemente larga para tapar mis muslos, me dejo el hotpanss negro. No usaré zapatos.
¡2 minutos Miley! Vuelve a decir la voz sobre mi cabeza. Me preparo para todo lo que significará para mí esta canción, esta precisa canción, y no lo hago por él, lo hago por mí. Coloco el audífono por debajo de mi pelo, el intercomunicador en la cadera del hotpanss y salgo de la habitación. Corro por el pasillo estrecho de paredes blancas a paso medio mientras una voz por el audífono cuenta los segundos para que salga a escena. Por el rabillo de mi ojo veo a mamá abrir la boca, trata de decir algo, pero no la quiero escuchar y apuro el paso. Comienzo a escuchar los gritos desesperados, las luces bajar, escucho su voz presentándome, diciendo mi nombre. Trago la saliva que se ha acumulado en  mi boca, la siento bajar pesadamente por mi garganta. Estoy detrás de las placas blancas, esperando el momento en que termine de hablar, con mis ojos busco a Demi que está sentada en la primera fila, unos puestos más allá Joe, Danielle, Kevin, Blanda...y la veo, a ella, a su novia. ¡Maldita sea!  ¿En qué momento llegó?
-Con ustedes...¡Miley Cyrus! –dice él-

Tiempo fuera, es el momento.

Las primeras notas del piano comienzan a sonar.

We clawed, we chained, our hearts in vain, we jumped, never asking why…

Comienzo a cantar suavemente mientras camino por el escenario, y los primeros bailarines de cuerpo pintado gris comienzan a salir...

We kissed, I fell under toy spell a love, no one could deny…

Y la gente se vuelve loca, comienza a aplaudir y yo solo me concentro en la canción en sentirla, porque no tendré otra oportunidad para interpretársela a él, de decirle como me siento.

Don’t you ever say I just walked away, I will always want you

Y resuena el primer estallido de fuegos. Los bailarines en parejas me envuelven, todos llevan poca ropa, la sensación es suave, es una balada y todos parecen absortos recordando a sus primeros amores, sintiendo la canción, tanto como yo.

I can’t live a lie, running for my life

Las cámaras se acercan con su enfoque a mi mano desnuda, sin anillo, sin él anillo. La noticia del 2013, Miley en polémica, otra vez.

I will always want you

Sigo moviéndome lentamente por el escenario, caminando descalza, solo con esa camiseta, la de antaño, la de los recuerdos, y no me importa que ellos noten que camiseta es. De quién es. Bailarinas caen en sus telas, haciendo movimientos lentos...

Yeah, I just closed my eyes and swung, left me crouching in a blaze and fall, all you ever did was break me, yeah, you, you wreck me

Siento todas las miradas en mi, tratando de entender todo, puedo ver a los columnistas escribiendo desde sus tablet cuando abro mis ojos por un Segundo, miro a Demi que parece impactada, y sus ojos llenos de pequeñas lagrimas, veo los ojos azules de mamá más afectados aun, porque todos saben lo que pasé y que esta es la única verdad, dos filas más allá veo a Ryan de E! no creyendo todo lo que ve. Viene la parte lenta y un nudo se hace en mi garganta, sé que tengo los ojos llorosos y que en cualquier momento se me puede quebrar la voz.

Camino hacia la plataforma cantando, con los ojos cerrados, y sé que su familia está sentada justo al frente...

I never meant to start a war, I just wanted you to let me in, and instead of using force I guess I should’ve let you in, I never meant to start a war, I just wanted you to let me in, I guess I should’ve let you in

Me pongo de cuclillas mientras canto esas ultimas letras, aquí viene la parte más difícil. Abro los ojos.

Don’t you ever say I just walked away, I will always want you…

Él está frente a mí, y mis ojos están puestos en él, hacen contacto, estallan, el mundo se para, como todas las veces que hemos estado separados y nos volvemos a ver, nos volvemos a conectar y la sensación es tan fuerte y profunda que hace que mi corazón martillee fuerte en mi pecho, me cuesta respirar y me paro rápido, agitando mi brazo con fuerza, me giro mientras canto con la voz llena de potencia, de sentimiento y pasión. Otra ola de fuegos estalla a mí alrededor, las bailarinas se lanzan hacia los chicos mientras las giran por los aires

 I came in like a wrecking ball, I never hit so hard in love, all I wanted was to break your walls, all you ever did was break me…

La canción avanza, los violines intensifican sus notas para morir con la última frase…
Yeah, you wreck me...

La canción termina. Todos se paran de sus asientos y me aplauden, yo sonrió enseñando mis dientes y miro de un lado a otro. Todos parecen emocionados, y eso era lo que quería ¿no? Estos son los Ema, tienen más de lo que querían. Por un segundo miro a Nicholas, las cámaras lo enfocan aplaudiendo. Yo hago la reverencia y salgo corriendo mientras me arranco el auricular, no quiero esperar al presentador, no quiero 
tener que abrazarlo después de cantarle a él delante de todo el público, de que fuese tan notorio. De camino al camerino bajo la intensidad y dejo de correr, y comienzo a caminar mientras me seco una lagrima que se me escapó por el rabillo del ojo. Suspiro, terminé, presenté, fin de mi día aunque aun sea muy temprano, no me quiero quedar a ver el resto de los premios, no quiero tener que estar sentada mientras lo veo anunciar premio por premio, después de mi actuación, fue muy personal, muy dolorosa, muy dedicada a él, no quiero y no puedo soportarlo. No quiero tener que acercarme a saludar a su familia y tener que encima, abrazar a su novia, no quiero ver la sonrisita burlona que sé que Joe me dará, no quiero ver que ya no pertenezco a ese grupo.

Abro la puerta del camerino y al cerrarla me apoyo en ella cerrando los ojos con fuerza. Terminó.

Dejo salir el aire que acumulé sin darme cuenta, fue, demasiado intenso todo, la canción, la música en vivo, los violines, el piano, los bailarines, la tela, el fuego y su mirada.

Tomo el dobladillo de la camiseta y me la voy a sacar cuando una ola de nostalgia me golpea la cara con fuerza y decido dejármela. Agarro de mi bolso, unos jeans, una chaqueta de cuero, me pongo botas y saco las llaves del carro, que lo demás se quede. El vestido que se supone que me debería poner para irme a sentar al lado de todos, está planchado y colgado perfectamente, pero no me llama la atención, mi espíritu ya dio por terminado el día, hora de irse a casa. Salgo por la puerta trasera y me meto en mi jeep.
Cuando entro por la avenida, pienso por un instante irme a casa de mis padres, directo, pero son demasiadas horas, así que prefiero irme al hotel donde me quedo siempre en NY y donde los Ema nos tienen a todos alojados, bueno, a los que quieran pasar la noche.
Estaciono y auto y me apoyo la cabeza unos segundos en contra del manubrio con los brazos cruzados.

-Que fue todo eso –susurro suavemente entre los labios.
Salgo, paso por recepción, firmo unos papeles y deslizo mi tarjeta. La chica rubia me sonríe “excelente presentación” me dice con la voz baja apuntando a su tablet que está en el mostrador. Miro un par de segundos, Demi está presentando. “Gracias” le digo, ella me pasa una llavecita dorada después de que me niego a que me acompañen hasta mi piso y desaparezco por el mostrador hasta los ascensores. Cuando estoy frente a la puerta, meto la llave y la giro. Tiro del bolso al lado de la puerta de entrada, me saco las botas y me sumerjo en el sillón más cercano, me acurruco en posición fetal tratando de controlar mi respiración y que la adrenalina baje poco a poco, que mi corazón se calme, pero hay algo que no puedo frenar y son ese par de ojos marrones mirándome profundamente, haciéndome arder, en una mezcla de deseo, amor y reproche. Suspiro y otra maldita lágrima se desliza por mi mejilla. Golpeo con fuerza un cojín que está a mi costado y me cubro la cara, tapándome los ojos en un intento completamente estúpido de frenar mis emociones. Es demasiado, todo es demasiado. Liam lejos, yo aquí mostrando mi verdad, sí, porque está es mi realidad. Wrecking ball es mi canción más profunda, la que nadie escuchó además de mi equipo de trabajo y yo, hasta el momento del lanzamiento, donde hasta ese entonces mi novio, me pidió explicaciones porque sabía exactamente que no era para él, que era una canción reciente y no de hechos pasados, lo sabía porque me vio escribirla mientras miraba fotos, que no eran nuestras. Me pidió explicaciones porque ambos estábamos viviendo una mentira, una carcasa, una apariencia, porque ya no estábamos conectados, no estábamos juntos, no nos queríamos cerca, no nos necesitábamos. Ambos estábamos en direcciones opuestas, y chocábamos, porque las cosas iban mal y ambos lo sabíamos, pero ninguno encontraba esa escusa para acabar con todo, porque éramos cobardes y no nos atrevíamos a decir, que todo, ya era cenizas. Que nos apresuramos demasiado por el matrimonio, y que ya no queríamos eso para nuestras vidas, porque yo aun añoraba a... y él quería estar con otra, que no era yo. Nos aferramos a esa canción, yo le entregué el anillo y todo, absolutamente todo, se derrumbó.

Golpeo una y otra, y otra vez el cojín con fuerzas. Perdí mi mundo, se me fue por las manos, perdí a mi compañero por años, le quería, le amaba, pero también perdí a mi primer amor, sin saber cómo.

Estaba rota tratando de respirar, tratando de no quemarme con mis propias decisiones estúpidas, asumiendo que Nick estaba cada día más cerca de Olivia, que parecía feliz. Que Liam al fin podía estar con quien él realmente quería estar, con una persona que le hacía bien y yo...destrozada.
Y fue mi decisión.
Siempre lo supe y aun así saqué la canción, porque no era solo una canción. Era mi verdad.
Voy cayendo en un espiral que me absorbe lentamente.

¡Mierda! Despierto de un salto, asustada, completamente desorientada. Me saco el pelo de la cara con una mano y paso mi antebrazo por mi boca seca. Alguien toca fuertemente la puerta. Debe ser mi manager o mamá que me dará un sermón por abandonar los premios, de seguro muchos se preguntan dónde me metí y yo no doy señales de vida.
Me quiero golpear la cabeza contra la pared, debí avisar. Tomo mi celular del bolsillo y veo la hora. Son las 11 de la noche. Todos deben están en el after-party. Tengo un mensaje de mamá, ella no se pregunta donde estoy.

-¡Voy! Grito molesta a los golpes incesantes de la puerta y el sonidito del timbre chillón. Camino descalza hasta la puerta y prefiero no mirar. Giro la llave y abro la puerta. El corazón se me para y no era a ninguna de las primeras cien personas que podrían estar parados en ese instante frente a mí. Nuestros ojos se encuentran y de pronto siento demasiado frío. ¿En qué momento me quité la chaqueta?
Su brazo se apoya duramente contra la puerta y la hace chocar con la pared más cercana.

-¡¿Qué fue toda esa mierda Miley?! Me dice Nick con la voz contenida siseando entre los dientes. Es un hombre paciente y en este momento está agotando hasta su última gota. Tirito por su voz y solo puedo mirar su cara disgustada. Él me observa directo a los ojos buscando respuestas, pero yo no las tengo, o más bien no se las quiero dar. Me pican los ojos. Me giro y camino dentro del departamento, la gente curiosa esta por todos lados, los paparazis y yo no quiero hacer un escándalo de esto. Necesito escapar. Siento como la puerta vibra al cerrarse con fuerza.

-¡Te hice una pregunta y quiero una respuesta! –me grita Nicholas. Su paciencia se terminó. Alcanza mi brazo y me gira. Quedamos frente a frente, mirándonos, respirando entrecortadamente, yo por el miedo, él por la ira. Bajo mis ojos a su camisa, está usando la misma de hace un rato. Aprieto los dientes, él después del evento se vino directo, no fue a la fiesta, el presentador de los Ema 2013 se perdió.

-Miley...-vuelve a decir con la voz ronca.
-Una canción ¿qué mierda haces aquí? ¡Deberías estar en la fiesta, como todos!
-Como tú, y escapaste –dice- justo después de tu presentación. Estamos en la misma liga.
-Yo no tenía razón para quedarme
-Todos te estaban esperando.
-Nadie me esperaba –le digo con los dientes apretados, él sabe a qué me refiero. Liam también estaba invitado. Su mandíbula está tensa – deberías irte...todos esperan por ti.
-Sí, mi novia espera por mí, pero no me pienso mover hasta que me digas que fue todo eso –susurra suavemente y puedo sentir su aliento a la altura de mi frente. Su calor. Agito mi brazo para quitarme de su agarre pero él lo intensifica, moviéndose en la dirección adecuada para que nuestros ojos choquen.
-Fue una presentación, como todas, como la de Gaga, Demi, Justin...todos.
-Sabes que no hablo de eso ¿qué pretendes? –me dice y es él quien esta vez me suelta de brazo y se lleva ambas manos a su pelo, rompiendo sus rizos bien formados. Él se gira y noto sus hombros y espalda tensa.
-Nada –contesto automáticamente.
-Vienes –se gira y me mira- vas, te acercas, luego te comprometes, me alejo... ¡querías que me alejara!, ¡me obligaste a que me alejara! Y maldita sea... ¡lo hice! Y ahora haces esto...-dice él en un movimiento de brazos.
-¿Hago qué? –digo con la voz pequeña, tragándome las lágrimas.
-¡Esto! ¡Todo-esto!...sacas esa canción, rompes tu compromiso, te alejas al fin de ese imbécil, y ¿Qué esperas? ¿Qué deje a Olivia y venga aquí y te diga que esperé años por esto?
-No. Solo dije mi verdad ¡esto no es por ti Nick, es por mi! –Dejo salir un suspiro- ¡no podía seguir viviendo en esa mentira!
-Y esperaste para terminar todo cuando creí que ya te había superado, que te había dejado en el pasado y comenzaba de nuevo con una mujer asombrosa...
-¡Abre esa puerta y vete con ella!, ¡yo no te estoy pidiendo nada!
-Siempre haces eso...-Dice Nick apoyando ambos brazos encima de la mesa, con la cabeza gacha. Quiero correr, abrazarlo por detrás, pedirle disculpas, tratar de juntos responder las preguntas que ambos tenemos sobre todo lo que pasó desde que nos separamos y al tiempo yo empecé a salir con Liam.
-Yo ...mira, está bien...No debí...de verdad, vete, yo estoy bien. Fue una estupidez.
-¡Deja de ser cobarde! –dice Nicholas y me toma por las muñecas, nuestros ojos se encuentran- ¿Qué-es-lo-que-quieres?
-Nick, yo...todo esto.
-Solo dilo maldita sea, solo di las palabras y sabes que yo pongo mi mundo a tus pies. Sabes que es así, sabes que desde que te fuiste ha sido así...¡lo sabes bien! Y a pesar de eso ¡te comprometiste, jugaste conmigo mientras yo me tragaba toda tu noticia de cuento de hadas!
-¡Y ahí fue cuando debiste abandonar! Fuiste un imbécil, gritaste a los cuatro vientos que no querías saber de mi matrimonio, que aun me amabas...
-¿Qué esperabas? ¡Fue de un día para otro! ¿Lo olvidas? Una noche nos texteabamos, nos llamábamos, y al otro día estabas comprometida...estabas conmigo y con él de una manera asquerosa.
-Mi vida estaba resuelta... ¡él era mi novio y tu mi amigo!
-¿Y qué paso entonces? ¿Dónde está él? –Me dice con los ojos desafiantes y la voz baja-
-¡No te he podido olvidar imbécil! –Le grito y lo empujo con las palmas de mis manos sobre su pecho- sabes que siempre se trató de ti, antes, ahora,  mañana...¡siempre! Él no era mi juguete y terminó, no tenía más excusas, se acabaron, no tenía sentido un matrimonio donde yo aun lloraba por mi ex de la infancia...
-Sabes que nunca podré ocupar el termino de “ex” porque vamos, volvemos, nos quemamos, ardemos, sufrimos ¡esta relación es tóxica para los dos!
-¿Entonces qué haces aquí?
-¡Trato de entender tu loca cabeza! Quiero saber dónde estamos Miley...
-Tú con tu novia y yo a la fuga ¿listo? ¡Ahora veté!
-¡Solo dilo!
-No sé de qué hablas... –le digo zafándome de su mirada y su toque.
-Sabes de qué hablo –puntualiza Nicholas y pasa un largo rato. Ambos estamos en silencio. Yo me siento en el sillón más cercano y llevo ambas manos a mi cara. Esto no está pasando...
-¿Cómo llegamos aquí?
-No lo sé. Saltamos y nos separamos sin saber porqué. Tu solo te fuiste...
-No vuelvas a decir que yo solo me alejé, no fue así...tú aun no estabas preparado para decir, que yo era tu novia...pero con Samantha o Delta, no te costó nada.
-¿Pretendías que parara mi vida, solo porque estabas con él? ¿No era eso lo que querías?
-¡Quería de una vez que te pusieras los pantalones y pudieras admitirlo!
-Éramos niños.
-¿Y ahora no lo somos? ¡Estamos actuando como adolecentes!
-Tú ya no pareces adolecente...-susurra el suavemente y se pone de cuclillas frente a mí. Alza su mano y me acaricia con sus nudillos la mejilla –pero sigues siendo una, Miley...a mí no me convences con esa postura de grande, de que puedes meterte el mundo en el bolsillo, porque no puedes, y ese imbécil no hiso nada para evitar que ese mundo te hiciera esto.
-¡Yo no soy débil! –le digo con la voz rota quitando su mano de mi cara y secándome con fuerza las lagrimas-
-No, no eres débil con el resto del mundo, pero sabes que conmigo sale la verdadera Miley, lo sabes bien... ¡Deja de actuar de esa manera! ¡Soy yo, Nick, el que tuvo que ir hasta tu casa a consolarte cuando Liam te engañó, cuando me dijiste que todo había acabado y al par de semanas estabas de nuevo en sus filas, diciéndoles a todos que habías mandado a reparar el anillo! ¡Soy yo Miley!
-¿Y qué saco?, ¿qué gano de esto Nick? ...dime, tu estas con Olivia, seamos sinceros, pasó demasiada agua por nuestro puente, no podemos estar juntos...
-¿Por qué? ¡Siempre es esa excusa! –grita él y se para de pronto. Comienza a caminar por la sala.
-¡Yo no soy buena para ti!, ¡no ahora! Tú necesitas a alguien que traiga calma a tu vida, no yo, que solo me quiero divertir...disfrutar lo que me quitaron cuando chica.
-¿Quieres divertirte conmigo? –Me pregunta en tono drástico mirándome a los ojos-
-Tú jamás serás un juego, lo sabes, siempre, comprometida o no, siempre fuiste tú...cada indirecta, cada canción...
-¿Entonces? ¿En qué quedamos? –me paro y nos miramos a los ojos. El ambiente está cargado de una electricidad fuerte entre ambos, esa electricidad y conexión que todos pudieron ver, que todos pudieron sentir cuando Nick y yo estábamos en un mismo lugar. Esa conexión que absolutamente nadie puede negar- Si me voy por esa puerta, yo no regreso Miley, todo termina aquí...-me advierte y yo no lo pienso dos segundos. Doy un paso hacia él, agarro en un puño su camisa y lo tiro hacia mí.
-No, esta vez no te vas a ir.

Él me toma de la cintura con sus dos manos firmes y me besa mientras yo aprieto con fuerzas su camisa, arrugándola en mis manos, tratando de auto convencerme que está aquí conmigo, que todo esto es real. Su boca me invade con fuerza, con pasión, con deseo acumulado por demasiado tiempo. Yo ladeo mi cabeza un poco para que su boca sea más profunda y nuestros corazones se sincronizan, como siempre. Todo el tiempo se detiene y solo somos él y yo. Su lengua cálida me invade y rodea la mía, estoy hipnotizada, y caigo bajo su hechizo otra vez, como siempre.
Nick me aprieta más hacia él, y siento toda su musculatura tensa a mí alrededor. Yo aprieto más mis puños en su ropa.

Me alza y yo enrollo mis piernas a su cadera para sentirlo más cerca de mí. Su beso comienza a decaer en intensidad, pero se hace más profundo, más tierno, suave y sutil. Dejo de sentir lo que quedaba de tensión entre nosotros, y nos envuelve algo sensual, un amor mucho más complejo, que no tiene que ver con lo carnal, que va mucho, mucho más allá de eso, un amor que tiene que ver con la historia de nosotros, con la inocencia de cuando nos conocimos, ese tipo de amor, no el sexual, el amor tierno, de cuando éramos unos niños, el amor de adolecentes que sufrió cuando nos separamos, que se sanó cuando nos reconectamos, un amor más maduro que debió pasar por pruebas, que intentó alejarse del otro, pero que fracasó miserablemente. “No llores” me dice despacio en el oído, yo apoyo mi frente con la de él y me da un casto beso en los labios. Nos miramos y yo suelto su camisa para llevar mis brazos sobre su cuello y con mis dedos poder juguetear con sus rizos. Nick me besa la mejilla, la nariz, los labios despacio y volvemos a perdernos en el otro. Él comienza a avanzar lentamente hacia la habitación y segundos después puedo sentir las colchas hundirse bajo el peso de ambos. Nuestros ojos se encuentran y yo le acaricio la mejilla, él me da una sonrisa de infarto que hace que mi corazón cambie de latido de pronto.
-Linda camiseta...-me dice Nick y me vuelve a besar. Puedo sentir la sonrisa en sus labios. Es la camiseta que él llevaba el día que nos conocimos, y que yo le dije que odiaba, la misma que después me regaló y yo conservé para siempre.

Mis manos tocan su espalda a trazos...sonrió para mí, porque yo acaricié esa espada antes que cualquier otra mujer, cuando no estaba llena de músculos...cuando era solo la espalda de un niño y ahora, es la de un hombre. Jalo de ella hasta lograr sacarla de sus pantalones. Él me sonríe de forma picara y la saca de un tirón por su cabeza flexionando sus músculos de manera deliciosa y sensual, me invade un profundo deseo. Nuestras bocas se vuelven a unir en un beso lento...

-Esto no es justo –me susurra él entre mis labios y desabrocha el botón de mi jeans y baja la cremallera lentamente. Nick entierra su nariz en mi vientre y lo acaricia con pequeños besos castos que pasa sobre mis caderas. Va subiendo de a poco y su nariz arrastra poco a poco mi camiseta. Sus manos están a cada lado de mi cadera y ayudan a sacar mi /su camiseta del camino. Cuando está fuera, deja salir un suspiro de puro placer masculino, con el matiz necesario de amor. Yo llevo mis manos hasta su pecho y las bajo lentamente con los dedos separados tratando de tocar cada centímetro de su piel, para recordarla, para que no se me olvide jamás su tacto, su suavidad, su calor.
Él saca mis jeans del camino, yo hago lo mismo, y ambos estamos en ropa interior. Me besa el pelo, la frente, mi rostro completo...yo acaricio su espalda, pongo mis piernas en su cintura. Lo amo, desde que era una niña.

Rodamos por la cama.

Estoy sobre él ahora, a horcajadas mientras Nicholas me mira con devoción, con ojos tan tiernos que rompe mi espíritu en miles de pedazos y siento ganas de llorar, de amor, por todo el tiempo que debió pasar para estar así, para podernos amar físicamente, quiero llorar porque lo extrañé, porque me da terror que se vaya de nuevo. Nicholas con un hábil movimiento de dedos desabrocha mi brasier. Yo me agacho hasta que nuestros pechos están pegados, ambos respiramos entrecortadamente y él con una mano aparta mi pelo hacia un lado. Me besa, despacio...
Yo toco sus brazos, su pecho, su rostro, su pelo...Nos giramos y besamos por demasiado tiempo, susurrándonos palabras suaves. No me doy cuenta cuando perdimos lo que nos quedaba de ropa. Él me mira profundamente, con ambas manos apoyadas en el colchón. Me pide permiso para continuar.

Yo asiento.

Nick se hunde en mí.

Yo clavo mis uñas en su espalda.

Él deja caer su cabeza hacia adelante.

Me besa la garganta. Chupa.

Entreabro mis labios para poder respirar.
Nicholas se mueve dentro de mí, dejando salir suspiros.
Giramos, incrementamos el ritmo, nos aferramos con piernas, brazos, a las mantas, al pelo, a los hombros.
Giramos.

Nos provocamos el uno al otro.

Grito de placer.

Ambos queremos más.

Nicholas se mueve con experiencia.

Siento como el calor comienza a subir por mi vientre.

Él me toma firme del lado derecho de la cadera.

Ambos llegamos al éxtasis.

Perdidos
En
El
Otro.


3 comentarios:

  1. De verdad que tienes futuro en esto.Felicitaciones,estuvo execelente

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  2. WOOOOOOW
    OMG!!!!!!!!!!!!!!!!
    ES LA HISTORIA MAS LINDA QUE LEI DE NILEY
    POR DIOS ME HICISTE SALIR UNA LAGRIMA
    NO SABES COMO ME GUSTARÍA QUE ESTA HISTORIA SE HICIERA REALIDAD CADA DETALLE CADA DESCRIPCIÓN QUE TODO SE HAGA REALIDAD...COMO EXTRAÑO Y AMO Y AMARE A ESTA PAREJA POR SIEMPRE.
    ME ENCANTO
    SUBE PRONTO OTRA ASÍ
    BESOS

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  3. Ojal .todo lo que escribiste fuera real.. :c
    me gusto mucho... Felicitaciones! <3

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